La transición energética justa comprende procesos frente al uso, manejo y comprensión del papel del ciudadano del común en el buen uso de la energía, estableciendo el sentido de esta en procesos que realizamos a diario, para dejarla de entender como un recurso distante y manejado por monopolios empresariales, para manejarla desde acciones locales que terminan definiendo situaciones a nivel global.