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Exhibición virtual de experiencias comunitarias de Transición Energética Justa > Experiencias 2022 > Agroecología comunitaria para el desarrollo sostenible

Agroecología comunitaria para el desarrollo sostenible

La experiencia nació con el fin de aportar al mejoramiento de la calidad de vida de varias familias que tenían la necesidad de fortalecer sus procesos productivos y al mismo tiempo disminuir costos en la canasta familiar. A partir de observar las condiciones de vida y en especial el papel de las mujeres en lo relacionado con la producción de alimentos, se gestó la idea, se solicitó apoyo de la junta de acción comunal de la vereda, y se llevó a una entidad externa que decidió aportar recursos para apoyar el proceso.

Optaron por estas alternativas pensando en que fueran sostenibles, viables y eficaces para aportar al bienestar de la comunidad, a solucionar sus problemáticas más tangibles, y, también por la mitigación de impactos ambientales que se lleva a cabo al desarrollar estas acciones. Al mismo tiempo, esta era la más factible para dejar la capacidad instalada en la comunidad, de tal manera que se garantizara su continuidad una vez finalizado el apoyo de la organización externa. 

En el desarrollo de esta experiencia ha participado Fundecos como organización acompañante, la junta de acción comunal como órgano representativo, con el cual se acuerdan algunos aspectos y, la comunidad beneficiaria.

Las acciones implementadas apuntan a un cambio en la cultura tradicional de consumo y proyectan el uso de otras fuentes de energía para la producción de alimentos y cultivos, para la transformación de los alimentos bajo conceptos de soberanía alimentaria, agroecología, estufas ecoeficientes y producción de abonos orgánicos de manera comunitaria con la utilización de subproductos de la finca.

Se proponen formas de organización basadas en el trabajo rotativo, el aporte de las comunidades, el trueque y los convites como potenciadores de las relaciones sociales.

Características técnicas de la propuesta

En la vereda La Palma se inició un proceso donde se cuenta con 10 estufas ecoeficientes construidas y en funcionamiento, cada una está acompañada de un huerto leñero establecido con 50 árboles. A su vez, cada familia tiene su huerta casera, la cual es fertilizada con abonos orgánicos producidos de manera comunitaria. Sin embargo, la biofábrica se instaló de manera básica, la cual produce alrededor de 300 litros de fertilizante líquido para ser repartido entre las familias de la vereda de manera bimensual, lo cual resulta un poco escaso para aplicar a sus cultivos de café y otros como plátano, yuca y frutales.

En este sentido, se expresa la necesidad de fortalecer la biofábrica comunitaria y las huertas caseras, teniendo en cuenta que son unidades básicas para la producción de alimentos como fuente de energía, además de reducir los costos de producción, los impactos ambientales y en la salud que genera el uso y la aplicación de agroquímicos.

La biofábrica se puede fortalecer a partir de procesos de capacitación, dotación o entrega de canecas e implementos para la preparación de los abonos orgánicos.

Procesos productivos, comunitarios, ambientales, o actividades económicas que fueron impactadas de forma positiva con la implementación de la experiencia comunitaria de TEJ

Para las familias que lograron ser atendidas con esta estrategia, es significativo el ahorro con cada una de las líneas, por un lado, con las estufas ecoeficientes se ahorran $85.000 de una pipeta de gas cada mes, dependiendo el número de integrantes en la familia. También, es importante mencionar la disminución en otros impactos ambientales para las familias que cocinan con fogón de leña tradicional, sin dejar de lado los problemas de salud ocasionados por la emisión de humo y la calidad de vida.

Al mismo tiempo, con la producción de abonos orgánicos cada familia se ahorra de manera mensual $600.000 en fertilizantes, pues con subproductos de la finca y un trabajo articulado entre la comunidad se pueden preparar diversos bioles y compost.

Respecto a la huerta casera, se estima que el ahorro en costos de alimentación oscila entre $100.000 y $150.000 concernientes a verduras, hortalizas y frutas, las cuales siempre están frescas, a la mano y libres de químicos, además del trasfondo del trabajo de la huerta donde se fortalecen los lazos familiares y comunitarios.

Personas beneficiarias de la experiencia

33 mujeres, 25 hombres, 6 adolescentes y jóvenes (entre los 12 y 18 años), 15 niñas y niños (entre los 0 y los 12 años)

  1. Aportes significativos a un cambio de prácticas culturales relacionadas con la conservación ambiental y el trabajo comunitario.
  2. Apropiación de las familias por la producción de abonos orgánicos y la soberanía alimentaria.
  3. Mitigación de impactos ambientales producidos por acciones cotidianas y generación de prácticas amigables con el ambiente.
  1. La llegada de la pandemia ocasionada por el Covid-19, retrasó los procesos y generó escasez en insumos e incremento en los precios de otros como material vegetal, plásticos y otros.
  2. Condiciones climáticas de lluvia, que en ocasiones no favorecieron el establecimiento de las huertas caseras, para lo cual se debieron adoptar diversas estrategias.

Participación de mujeres en la experiencia comunitaria TEJ

Si, el 90% de la población que dinamiza el proceso son mujeres, ellas fomentan la participación de otras mujeres que se van vinculando y así, se van recreando aprendizajes en torno a diversas actividades que garantizan la sostenibilidad en el tiempo del proceso.