La Tercera Exhibición virtual de experiencias comunitarias para la TEJ, ha sido hasta el momento la versión con mayor participación de las tres exhibiciones, al sumar un total de 38 propuestas inscritas desde 6 países en América Latina, entre los que, además de Colombia, encontramos a Venezuela, Puerto Rico, México, República Dominicana y la zona fronteriza de Haití, postulándose por primera vez.

Esta versión tiene otros aspectos a resaltar. Uno de ellos es la presencia de experiencias urbanas, no solo porque fueron 14 del total, sino sobre todo porque con ellas es posible ver que desde las urbes también se hace resistencia territorial. De esta forma, podemos ver que en las ciudades existe conciencia del impacto que tiene su consumo y dependencia de las zonas rurales, sin las cuales no se podrían suplir necesidades básicas como el alimento y el agua, que extraemos del campo sin reconocer los impactos y las implicaciones energéticas. Por lo mismo, varias de las experiencias urbanas que se postularon se fundamentan en acciones para relocalizar actividades y no seguir dependiendo completamente del campo. Este cambio de relacionamiento lleva a promover procesos de cuidado de espacios de vida que han venido desapareciendo con el crecimiento desordenado y abrumador de lo urbano, e intenta romper esa desconexión que tenemos sobre el origen de bienes comunes como la energía y los alimentos, además de asumir la responsabilidad por asuntos tan fundamentales como la generación y disposición de desechos.

Otro elemento importante para la construcción de lo que entendemos como energías comunitarias para la TEJ, fue encontrarnos con la cantidad de experiencias que han emergido gracias a espacios de escuela, tejido social o trabajo comunitario, que funcionan como una base orgánica que piensa sus propias necesidades locales, cuestiona el consumo, comprende su entorno y se configura a través de un propósito de bien común, en donde el alimento vuelve a salir como un aspecto central en los objetivos de diseño de cada propuesta.

Existen proyectos con grandes avances que integran diversas tecnologías y relaciones alrededor de la energía, los cuales demuestran que es posible responder a necesidades locales y tener un gran impacto comunitario, al mismo tiempo que encontramos proyectos más sencillos en cuanto a infraestructura y alcance con respecto a la cantidad de personas beneficiadas, pero no menos importantes al demostrar que las organizaciones, que históricamente han sido golpeadas por proyectos extractivos y la violencia, pueden autoabastecerse, generar autonomías y construir su buen vivir sin depender plenamente de recursos externos.

A continuación invitamos a conocer las cuatro propuestas que fueron destacadas en la tercera versión de la Exhibición virtual y, posteriormente, la totalidad de las iniciativas inscritas en 2022.

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Los contenidos presentados a continuación, fueron tomados de las respuestas de las experiencias inscritas; en algunos casos editamos la redacción, pero sus ideas principales se conservan, para que se puedan conocer los contextos en los que emergen las experiencias y los retos que están detrás de estas implementaciones. Además, se pueden consultar los materiales y apuestas técnicas que posibilitaron su construcción, así como la descripción de algunas complicaciones que se dieron en su ejecución, junto con la forma que encontraron sus promotores para superar esos obstáculos.

Experiencias destacadas 2022

A continuación encontrarán las cuatro propuestas que fueron consideradas meritorias
en esta versión y, posteriormente, la totalidad de las iniciativas inscritas.