Fundación de asistencia preventiva e inclusión social (CARES)
Bogotá
Colombia
2021
Tipo de tecnología
Área de Transición
Energética Justa
- Autoabastecimiento energético
- Cambio de patrones de uso y consumo energético
- Relaciones que integran diversos usos de la energía
Tenemos la cosecha de lluvia como parte de nuestro sistema de riego para no depender únicamente del agua que provee el acueducto de la ciudad.
Así mismo, al cosechar alimentos producto del cuidado del sistema, nos alimentamos de la energía que han proporcionado cada una de las manos que trabajan en la huerta, eliminando las emisiones de carbono producidas en las cadenas de transporte y comercialización. Además, con el abono orgánico que se produce gracias al compostaje de los residuos de la fundación se reduce el trabajo de transporte, extracción y elaboración de materias primas para fertilizar las plantas y mejorar sus nutrientes.
Por otra parte, la iniciativa trabaja los diversos usos de la energía por medio del reconocimiento, entendimiento y reconstrucción del tejido social desde las actividades pedagógicas enfocadas en la economía circular a partir de la agricultura urbana, el compostaje comunitario, la transformación de la cosecha y el valor agregado en preparaciones como encurtidos y ungüentos tomando como materia prima las hortalizas sembradas. Además de acciones colectivas alrededor de la democratización, autonomía y soberanía energética tales como el abastecimiento propio de alimentos para los refrigerios de la comunidad de la fundación, y el uso del agua lluvia para el riego interno de la huerta
Tecnologías que hacen parte de la experiencia
Nuestro sistema de huerta nutrisostenible posee:
1. Instalación para hidroponía horizontal
2. Acuicultura en tanques plásticos con aireador y termostatos
3. Huerta en zona dura con canastas escalonadas
4. Incubador y fructificador de orellanas
5. Riego semiautomatizado por aspersión
6. Integración de agua circulante y recolección de agua lluvia
7. Un equipo patentado de compostaje pasivo
Características técnicas de la propuesta
Nuestra huerta tiene la capacidad de criar 216 plantas en hidroponía, 132 plantas en canastas y 95 en materas, las cuales son nutridas semanalmente con extracto de manzanilla, ruda, NEEM, ortiga y un insecticida orgánico para el control de plagas. Además, está equipada con relojes electrónicos de paso de corriente que deben ser configurados manualmente para coordinar el encendido de las diferentes bombas de agua (tanto sumergibles como externas) que riegan el agua en las canastas, sistema hidropónico y orellanas, las cuales son nutridas gracias al sistema de captación de agua lluvia que tiene una capacidad de 1000 litros. Por otro lado, el ambiente acuícola cuenta con la capacidad para criar 50 peces tipo tilapia que pueden ser cosechados cada 6 meses gracias a una capacidad volumétrica de 0.5 m3. Mientras que el cultivo de orellanas cuenta con una zona de incubación de 3 m2 y 1.5 m2 en la zona de fructificación, con aproximadamente 0.45 m3 de sustrato lo que en capacidad media de producción puede llegar hasta a 1 Kg al mes. Finalmente, el equipo de compostaje tiene la capacidad de recibir 20 kg diarios de residuos orgánicos y producir 160 Kg mensuales de abono orgánico, el cual debe ser extraído manualmente según la necesidad.
Teniendo en cuenta lo anterior, el gasto en potencia diario de todo el sistema es de 27.37 kWh, lo cual incluye: dos motobombas sumergibles, una motobomba de elevación, una motobomba de presión, tres bombillos, dos enchufes eléctricos, un motor aireador y dos termostatos de 500W.





Antecedentes y contexto en el que surge la experiencia
El proyecto de huerta comunitaria nace de la idea de un grupo de practicantes de Trabajo Social inscritas a la Universidad Minuto de Dios, quienes propusieron este espacio como una oportunidad para fortalecer los vínculos comunitarios y la relación con el medio ambiente instalando alrededor de 15 materas en la terraza de la fundación. Luego, practicantes de Trabajo Social de la Universidad Republicana se unieron a la necesidad de crear espacios verdes en medio de la ciudad, reconociendo la importancia del cuidado ambiental en medio de la crisis climática que enfrenta el mundo. Por otro lado, se realizó una articulación con Jardín Botánico, para apoyar la organización y construcción de espacios específicos dentro de la huerta (inicialmente con el cultivo de hortalizas y la piscicultura) accediendo a convocatorias de dicha institución. Además, gracias a la financiación de donantes privados fue posible adquirir los materiales necesarios para la mejora de estos espacios, ampliando su capacidad y dotándolos además con tecnologías como bombas de agua sumergibles y sistemas eléctricos para el riego semi-automatizado; así mismo, se construyó el sistema hidropónico con estructura escalonada y las zonas de incubación y fructificación de las orellanas.
Durante estos momentos de construcción, se contó con la participación de los estudiantes vinculados a la fundación CARES (106), quienes se encargaron de sembrar, cosechar, regar y vigilar los diferentes sistemas. Sin embargo, por cuestiones logísticas y de cuidado se decidió trabajar exclusivamente con el grupo de conquistadores, quienes tienen edades entre los 13 y 18 años.
Adicionalmente, se inició la participación en la red de huertas comunitarias de la localidad de Mártires, para reconocer oportunidades de mejora desde el intercambio de experiencias con otros espacios. Finalmente, las familias vinculadas a la fundación se vieron impactadas positivamente al recibir algunas hortalizas producto de la siembra en los diferentes spots dentro de la huerta.
Impacto que ha tenido en la vida cotidiana, en términos de costos económicos, la implementación de la experiencia
Después de la inversión que implicó la implementación de tecnologías dentro de la huerta, actualmente se ahorra un valor mensual de aproximadamente $200.000 pesos en los refrigerios diarios, adicionalmente se obtiene 1 metro cúbico de agua con el acopio de la lluvia, es decir, se ahorran 1000 litros de agua del consumo en el acueducto tradicional.
Procesos productivos, comunitarios, ambientales, o actividades económicas que fueron impactadas de forma
Procesos productivos:
a. El principal proceso productivo que maneja la huerta es la siembra, cosecha y consumo de acelga, zanahoria, remolacha, cebolla, lechuga, repollo y kale. Verduras que además tienen como fin comercializarse mediante encurtidos previamente enfrascados y etiquetados, los cuales están proyectados a vender y con ello lograr sostenimiento de la huerta.
b. Gracias al sistema de compostaje se produce abono como sustrato para las plantas de la huerta, materia prima que se espera en un futuro sea comercializada al público.
c. La siembra de menta, caléndula, sábila y ortiga que se convierten en materias primas de ungüentos y productos para la salud.
d. Cosecha de Tilapias y Orellanas que según los tiempos de producción se espera hagan parte de los refrigerios y el alimento del personal de la fundación.
Comunitarios:
El espacio de la huerta nutrisostenible ha sido una oportunidad para reconocer la vida en medio de calles llenas de cemento, resignificando la ciudad como espacio que posibilita la conexión con la naturaleza en un sector que es dominado por el asfalto, la contaminación, el comercio y la nula recreación. Gracias a ello, se ha posicionado como un espacio verde que ha permitido intercambiar experiencias desde los diálogos de saberes de diferentes sectores, haciendo posible repensar la vida en la ciudad y su “distancia” con los espacios llenos de naturaleza.
Adicionalmente, la huerta es un espacio de encuentro natural para los NNA que participan voluntariamente todas las tardes al salir del colegio en las labores que requiere la siembra de diferentes plantas, lo cual ha facilitado espacios de reflexión en torno al cuidado propio y de la naturaleza, reconociendo el impacto medioambiental de patrones de consumo que ponen en riesgo la biodiversidad.
Actividades económicas:
La construcción y el mantenimiento de la huerta requiere de insumos agrícolas, eléctricos, fertilizantes, insecticidas, madera y plásticos (como materas, tubos, mangueras, cajas, bolsas o empaques), que han impulsado diferentes sectores económicos de forma positiva.
Personas beneficiarias de la experiencia
- 113 personas
- 59 Mujeres
- 54 Hombres
- 61 niños y niñas (entre 0 y 12 años)
- 45 jóvenes (entre 13 y 18 años)
Logros obtenidos y problemas presentados durante la implementación
LOGROS:
- En primer lugar, los talleres que se han impartido desde el cuidado ambiental han permitido que los jóvenes se integren y reconozcan de forma consciente los procesos alimenticios, abogando por una autonomía que asegure la soberanía alimentaria como un derecho de todos sin importar el lugar donde se resida, recordando que cualquier espacio es una oportunidad para sembrar vida y cosechar alimentos libres de cadenas de carbono y producciones masivas.
- En segundo lugar, la huerta es un medio que propicia la oportunidad para reflexionar y dialogar sobre el papel de responsabilidad que tiene cada ser humano en el cuidado medio ambiental, reconociendo los impactos positivos y negativos que se generan desde las acciones más cotidianas del día a día; además, esta concienciación ha permitido darle lugar a la importancia de la naturaleza como una extensión de vida, la cual sensibiliza en el cuidado de sí mismo y el otro como un ser sintiente. Gracias a ello, se han movilizado acciones para la disminución del uso de combustibles fósiles en el proceso de producción de alimentos y la transformación de residuos orgánicos en la fuente, dándole lugar a la no utilización de fertilizantes sintéticos que provienen de la transformación de productos secundarios del petróleo, con el fin de así acortar la cadena de producción hacia el consumidor final y evitar el uso de combustible.
- En tercer lugar, la huerta se ha convertido en referente de trabajo comunitario y seguridad alimentaria de la localidad de Los Mártires, pues se sostiene a partir del trabajo de adolescentes y jóvenes que reconocen los procesos de trabajo alrededor de la siembra y cosecha de los alimentos, promoviendo la educación ambiental y la autosuficiencia, factores que se convierten en oportunidades de emprendimiento para el sostenimiento económico individual y la integración de personas a las comunidades (lo cual fortalece el tejido social y mejora los índices de violencia de un territorio hostil como lo es el barrio La Favorita de Bogotá D.C.)
PROBLEMAS:
- La principal dificultad experimentada a lo largo de la experiencia ha sido la financiación de los recursos técnicos necesarios para sostener los sistemas de forma autónoma, puesto que el mejoramiento de las capacidades técnicas y físicas requieren de inversiones que se salen del presupuesto de la fundación. Adicionalmente, en el camino se han encontrado dificultades como presencia de palomas, felinos y plagas, frente a lo cual se instaló una malla que cubriera los 360° de la estructura.
- Actualmente, la problemática que se enfrenta son los cambios bruscos de temperatura que se experimentan, pues durante el día la teja se calienta generando temperaturas altas, mientras que en las noches gracias al flujo constante de aire se logran temperaturas muy bajas; esta situación ha disminuido los tiempos de producción, pues ralentiza el crecimiento de las plantas y las Tilapias, aumentando los costos que esto implica. Al respecto se espera lograr instalar un invernadero que mitigue esta situación.
Participación de mujeres en la experiencia comunitaria TEJ
La fundación tiene un total de 106 niños, niñas y adolescentes que se ven beneficiados por el funcionamiento de la huerta, de las cuales 55 son mujeres, no obstante, el grupo que lidera el cuidado y la transformación de este espacio son “Los conquistadores” con un total de 27 estudiantes en edades de 13 a 18 años, de los cuales 11 son mujeres. Al respecto es importante mencionar que el papel protagónico en el cuidado, adecuación y organización lo han tenido las mujeres, pues por iniciativa propia han dedicado tiempo de sus jornadas para regar las plantas con los extractos, arreglar alguna ruptura de la malla, reorganizar las cajas, posicionar las plantas según la necesidad de sol y agua, programar los riegos semiautomatizados y desyerbar.
Por otro lado, la mayor parte de los acompañamientos formativos han sido liderados por mujeres vinculadas al Jardín Botánico o a instituciones propias, como es el caso de los talleres que se ha realizado con la cosecha de Orellanas, pues la profe María ha acompañado la formación, siembra y supervisión del proceso de incubación y fructificación haciendo visitas frecuentes y orientación en situaciones que lo requieran.
Finalmente, en la dirección, identificación de posibles problemáticas y orientación de las acciones a realizar dentro de la huerta se encuentra una mujer que hace parte del equipo psicosocial de la fundación, haciendo un acompañamiento y supervisión permanente al funcionamiento de los diferentes sistemas que se encuentran en la huerta.