Cómo son huertas con sistema nutrisostenible
Tenemos la cosecha de lluvia como parte de nuestro sistema de riego para no depender únicamente del agua que provee el acueducto de la ciudad.
Tenemos la cosecha de lluvia como parte de nuestro sistema de riego para no depender únicamente del agua que provee el acueducto de la ciudad.
Hacemos nuestra la tecnología del biogás y otras fuentes de energía, como los calentadores solares, la cosecha de agua de lluvia y los secadores solares, por su impacto en la economía familiar y su accesibilidad.
Al estar nuestra casa, completamente aislada del sistema de cableado eléctrico local, tuvimos la necesidad y vimos como opción, implementar lo que se conoce como un sistema aislado de electricidad fotovoltaica. Mismo que es alimentado por paneles solares y baterías de carga profunda. De esta forma, nos abastecemos de la electricidad propia y necesaria para nuestras actividades en el hogar, de una manera justa en cuanto a la cobertura específica de dichas necesidades y limpia debido a que es esta una de las características de este tipo de sistemas eléctricos alternativos.
Casa Nido se ha convertido en una escuela ambiental que tiene como eje estructurante la educación y la generación de focos de biodiversidad en entornos urbanos altamente poblados.
El poder de la energía comunitaria ha permitido que, por 6 años, la Red de Mingueros del Piedemonte Llanero construya estrategias de vida sustentable que permitan materializar proyectos familiares y fortalecer su soberanía alimentaria, económica y energética.
Nuestro proyecto de Energía y Comida para la Vida surge del diario vivir. No es un secreto que los ingresos de la mayoría de la población son bajos y mensualmente debemos priorizar el pago de las altas tarifas de los servicios públicos, lo que nos restringe a satisfacer otras necesidades; por otro lado, es indispensable tener una alimentación sana y la podemos adquirir si sembramos y cosechamos nosotros mismos.
La experiencia nació como un proyecto familiar en el año 2004, como un vivero, luego a través de la investigación se vio la necesidad de mejorar la eficiencia energética en procura de optimizar los recursos. La experiencia les fue demostrando que la única manera de ser competitivos es mediante las novedades tecnológicas. La participación siempre ha sido familiar compuesta por, padre, madre y dos hijos.
El proceso nace con la iniciativa de Myriam, una vecina del barrio La Perseverancia, quien al ver el espacio que tenía Elena en el patio de su casa le propone aprovecharlo para el cultivo. Al obtener la primera cosecha de maíz y tomate, empiezan a reconocer el potencial que tienen estos espacios de las casas para la agricultura y para la producción de su propio alimento.
La iniciativa nació en el año 2006 a raíz de varias problemáticas en el espacio público relacionadas con la disposición inadecuada de residuos como escombros y basuras, contaminación ambiental, acompañadas de problemas de inseguridad para los transeúntes.
La casa La Corriente es un espacio que ha reunido a personas que han participado en el pasado en espacios de huertas urbanas, espacios de autodefensa personal (principalmente tomados por mujeres), producción editorial, cineclubs, ferias del libro y demás.