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Exhibición virtual de experiencias comunitarias de Transición Energética Justa > Experiencias 2024 > CASA NIDO: resiliencia, adaptación y transformación de un ecosistema urbano

CASA NIDO: resiliencia, adaptación y transformación de un ecosistema urbano

Área de Transición
Energética Justa

  • Cambio de patrones de uso y consumo energético
  • Relaciones que integran diversos usos de la energía

El objetivo del proyecto es desarrollar una solución basada en la naturaleza que fomente encuentros de formación y experimentación en técnicas de bioconstrucción, arte y agroecología. Durante los últimos cinco años, hemos brindado experiencias prácticas a jóvenes, madres cabeza de hogar y adultos mayores en el barrio La Libertad, localidad de Barrios Unidos, Bogotá. A través de la apropiación y el mejoramiento de viviendas dignas, hemos generado bienestar en la comunidad, impactando positivamente su salud física, emocional y mental. Esta iniciativa ha fortalecido los diálogos sociales y el interés colectivo en construir un enfoque ambiental.

Casa Nido se ha convertido en una escuela ambiental que tiene como eje estructurante la educación y la generación de focos de biodiversidad en entornos urbanos altamente poblados. El proyecto va más allá de crear una huerta comunitaria, sino que apostamos a habitar/recuperar una casa para que funcione como hogar de encuentros de dialogo alrededor de las relaciones que tenemos entre la ciudad y la naturaleza.

Respecto a la categoría TEJ, Casa nido actualmente cuenta con un biofiltro de recolección de aguas lluvias para su tratamiento, mecanismos de recuperación de arcilla del subsuelo de edificios en construcción para implementarla en técnicas de construcción sostenible, la creación de nidos de polinización a través de la agroecología, la transformación de residuos orgánicos en compostaje e inorgánicos como el icopor para crear baldosas. Se busca visibilizar el rol de la naturaleza urbana como un ente de generación de servicios ecosistémicos tales como:  regulación térmica, mejora en la calidad del aire y  manejo de la escorrentía urbana.

Se apuesta por la implementación de tecnologías y técnicas limpias, reproducibles y escalables en otros contextos para crear espacios habitables y conscientes. En el centro de esta iniciativa están las relaciones comunitarias y humanas, que actuan como un vínculo esencial con la naturaleza. En el último taller surgió una pregunta clave: ¿Cómo los barrios populares pueden convertirse en focos de biodiversidad, donde los ecosistemas olvidados sean  los protagonistas? Abordar esta pregunta de manera literal puede llevarnos a respuestas asertivas, pero también desde lo metafórico encontramos lo siguiente: “Relación con el agua más cercana, volver a la tierra, la cooperatividad de servicios públicos como lavar la ropa en una casa central”. Este es un ejemplo de cómo los encuentros comunitarios transforman la materialidad del espacio y, con ello, modifican el diálogo. Estos cambios permiten imaginar y construir nuevas realidades.

Enlistamos las tecnologías según el orden por las que las creamos:

1) Lombricompostera: De 1.5 Mts3
2) Sistema de recolección de aguas lluvias 40mts 
3) Recuperación de arcilla de la localidad. 2mts3
4) Biofiltro de aguas lluvias. 60LTS

1) Lombricompostera: De 1.5 Mts3: Es un cajón de madera reciclada de 1.5mts x 1 mts x 1mts en el que reutilizamos 5 estibas. Lo impermeabilizamos internamente con banner y lo dividimos en 2 comportamientos con una rejilla inferior para que los lixiviados sean aprovechados. Cada 3 meses tenemos un bulto de 40kg de hummus sólido. Y cada mes tenemos 20 Lts de hummus líquido.

2) Sistema de recolección de aguas lluvias 40mts: La casa tiene una estructura en guadua a 1 agua, con un área de 3,5mts x 12mts. Esta estructura tiene 2 tanques de 500 lts que captan el agua lluvia. Las cifras para Bogotá son de 866mm de precipitación, lo que quiere decir que son 866 lts por metro cuadrado de techo. Si multiplicamos este valor por los 40 mts2 de la cubierta no da 34.640 Lts al año. Si dividimos esto por 365 no da 95 lts diarios. Y Según la experiencia hemos identificado que un aguacero intenso de Bogotá, en el tiempo de 1 hora, los 1000 lts son abastecidos de manera completa. La capacidad puede ser el mes de mayo, el almacenamiento incrementarse y la circulación por la casa puede optimizarse de mejor manera.

3) Recuperación de arcilla de la localidad. 2mts3: El barrio la Libertad hace 10 años comenzó a ser evidente el fenómeno de la gentrificación, y la modificación del paisaje de viviendas familiares de 3 niveles migró rápidamente a edificios multifamiliares de 5 niveles, concretamente en la manzana de Casa Nido en menos de 5 años se han derrumbado 4 casas e izado 4 nuevos edificios, para la construcción de estos edificios se necesitan pilotes de 15 a 20mts del subsuelo, el material que salé de allí es arcilla cruda, tierra cruda, que nosotros recuperamos para generar técnicas de embellecer la terraza, hasta el momento hemos recuperado 3 mts3 de los cuales hemos usado solo 1 para aplicar revoques gruesos y finos al bloque convencional de construcción.

4) Biofiltro de aguas lluvias. 60LTS: Producto del racionamiento de agua en Bogotá quisimos llevar a un mayor grado la recolección de aguas lluvia y elaboramos un biofiltro de 3 niveles. 1er nivel compuesto por carbón activado, gravilla media, gravilla media, y arena de peña, el 2do nivel es un sistema de floculación que separa las micropartículas que logran atravesar el biofiltro, y en 3er nivel es el sistema de cloración.

El gran motor que nos hizo recuperar la casa fue el estado en como la encontramos, de allí que cualquier intervención podría ser bastante efectiva. Así que hicimos del lugar un escenario fértil de nuestras pasiones, comenzamos Julián Ruiz y Daniell Roldan, primos, que después de 1 año se fue sumando la familia, amistades cercanas y vecindades. Comenzamos generando la lombricompostera y para realizarla invitamos abiertamente, llegarón amigos vecinos que actualmente ellos(as) son los fundadores de Paqueros Unidos, el movimiento local de pacas digestoras de la localidad. Con el tiempo, fuimos abriendo las puertas para cualquier intervención que queríamos realizar, tuvimos la suerte que al lado de la casa existía una despulpadora de frutas por lo que diariamente encontrábamos guacales, no había excusa para no comenzar la huerta, recibimos 10 bultos de tierra del jardín botánico de Bogotá y con esto comenzamos nuestra huerta que se construyó en tiempos de pandemia y generó encuentros valiosos entre colegios, personas del barrio, de otras localidades y de otros países. Hicimos un enlace con una agrupación que se llama Arte Sumapaz y artistas de varias partes del mundo paraban en Casa Nido para hacer un aporte artístico a cambió de una experiencia de naturaleza en la ciudad.

Conforme fuimos creciendo y la voz se fue regando, recibimos más colaboración del jardín botánico, una entrevista de la secretaria de Cultura, una noticia en el periódico El Espectador, hicimos parte de un documental “Aquí no más, venga le cuento”. Fuimos beneficiarios de los Proyectos ciudadanos de Educación ambiental durante 3 años seguidos, el trabajo con la comunidad fue intenso y amplio, por lo que la diversidad población ha abarcado, jóvenes con neurodiversidad específicamente del colegio distrital Colegio Juan Francisco Berbeo que nuestra hermana con Síndrome Down pudo liderar, intercambio de semillas con personas de la 3ra edad entre la colaboración del JBB y casa Nido. Círculos de palabra de solo mujeres así como elaboración de pomadas a base de plantas por un colectivo llamado Yerbateras. En el portafolio se encuentran actividades que se suman a este listado.
Aquí lo que queremos destacar es la diversidad generacional por la que la casa ha pasado, y transversal a ella, las tecnologías que hemos implementando son las que hace de este espacio un lugar único en medio de la urbe. Creemos que funciona como referente para que cualquier persona que habite una casa de barrio popular con una terraza o patio pueda realizar sus propias exploraciones en estos temas.

La Pandemia nos enseñó acerca del altísimo valor que tienen los lugares que fomentan la naturaleza, estos no solo contribuyen cuantitativamente el consumo energético que por supuesto es importante, la contribución cualitativa de la implementación de estas tecnologías inciden directamente en la salud mental, física y espiritual de quienes participan activamente de ello, y si no es así, ¿Por qué después de la pandemia, el porcentaje de huertos urbanos incrementó al igual que los procesos sociales de recuperación ambiental?
Si bien el huerto no nos ha dado la seguridad alimentaria que persigue o la cubierta el agua para independizarnos del acueducto, o la arcilla recuperada la finalización de todos los acabados de la casa, defendemos activamente que la réplica y estabilidad de estas tecnologías contribuyen más allá de un beneficio económico y permiten que nuevos diálogos se generen con el entorno y los seres que habitan en el. Generando beneficios no materiales a corto plazo, pero que tienen el potencial de materializarse en el tiempo. ¿Cómo medir que día a día dos especies de colibrí tienen en su recorrido visitar el huerto? Hoy estamos generando un modelo cualitativo que permita identificar estos atributos igual de importante que los cuantitativos.

Casa Nido aparte de ser escuela es también vivienda, actualmente viven 5 personas, con edad, profesión y trabajos distintos, desde que comenzó el proyecto han pasado 23 personas que han vivido de manera permanente y lo común de todos ha sido el contacto con la naturaleza y los procesos ambientales y comunitarios que se derivan de ella. Casa Nido ha sido espacio de exploración y formación alrededor de las buenas prácticas ambientales. El mayor impacto está relacionado con el nivel de bienestar físico mental y emocional de quienes habitan y quienes visitan, por ejemplo, los jóvenes del programa al colegio en bici, o estudiantes que realizan investigaciones de universidades y toman Casa Nido como un referente verde en la ciudad. El impacto es el proceso de resistencia en medio de las dinámicas de globalización actual.

Personas beneficiarias de la experiencia

El proceso de construcción de Casa Nido como modelo de resiliencia, adaptación y transformación, es sostenido por dos familias, la familia Ruiz y la familia Rueda. De allí, a través de Julián Ruiz y Daniell Roldán, se desprende el anillo de los habitantes permanentes de la casa que desde que comenzó Casa Nido han sido 23 personas que han habitado la casa, cada una aportando en distinto momento a un distinta parte del proyecto.

  • 650 a 700 personas
  • 308 Mujeres
  • 241 Hombres
  • 36 niños y niñas (entre 0 y 12 años)
  • 65 adolescentes y jóvenes (entre 12 y 18 años)
  1. Un logro que nos hace orgullosos es que por tercera vez fuimos beneficiarios de los Proyectos ciudadanos de Educación Ambiental – PROCEDAS, y el proyecto que desarrollamos fue “Diversidades Femeninas, Germinadoras de Saberes” en el que Ana María Ruiz, nuestra hermana, lideró el proceso y le apuntó a fortalecer los conocimientos y prácticas en Instituciones Educativas Distritales (IED) y Fundaciones con énfasis de educación especial (neurodiversidad), el componente ambiental con una metodología de educación basada en la naturaleza en la población neurodiversa de la localidad Barrios Unidos. Esto no abrió las puertas al mundo del trabajo ambiental con una población diversa desde cualquier perspectiva.
  2. En el caso del colegio Panamá y el Colegio Lorencita Villegas de Santos de la localidad de Barrios Unidos o como se mencionó anteriormente el programa de “Al colegio en bici” nos han contactado para que los estudiantes puedan visitar la casa y hablar sobre naturaleza.
  3. El mayor logro tiene que ver con el crecimiento profesional y el alcance que hemos logrado a partir de esta semilla, me refiero es que quienes desarrollamos el proyecto desde sus comienzos hace 4 años vivimos de estos temas. En mi caso vivo de la bioconstrucción y de la realización de proyectos arquitectónicos con enfoque ecológico, así como profesor de educación con una Ong y de manera independiente y en el caso de Daniell Roldán, como ingeniero forestal vive del desarrollo y ejecución de proyectos relacionados con la permacultura, el paisajismo, la agricultura y la incorporación de tecnologías ambientales en lo urbano y en lo rural.
  1. Uno de nuestros principios es la “Autogestión y la acción” y esto implica, que hay que buscar las alternativas para costear las inversiones. Nuestro mayor problema después de 4 años de vivir en casa y migrar a causa de los otros proyectos, es la trasmisión del liderazgo, es la confianza del cuidado con la que hemos construido el espacio y que alguien apuntale no solo el proceso material y/o tecnológico, sino el componente educativo de los procesos desarrollados.
  2. El mantenimiento de la vivienda es un costo, ya que semestral o mensualmente se debe suplir una necesidad de ciudad como el pago de servicios y la preservación de los espacios con los que cuenta el hogar. Esto quiere decir, que es necesario tener un presupuesto o un bolsillo para el agua, luz y gas es importante cada mes, al igual que sobre los imprevistos alrededor que existen dentro de la vivienda.

Dentro de la conformación de Casa Nido como agrupación el componente del Arte así como e del Mujer tiene un nombre y es Carol Vásquez, ella ha sido la persona que no solo es parte de la agrupación actualmente sino quien también ha sido el aporte gráfico ,visual y identidad gráfica del proyecto. Otro componente que junto con Ana Maria Ruiz representan es “ Arte e Inclusión” el 3er ingrediente metodológico del proyecto. Ambas fueron quienes ldierador el proyecto que se mencionó anteriormente sobre neurodiversidad. Dentro de los impactos más significativos destacamos 5 talleres presenciales en el colegio Juan Francisco Berbeo con excompañeros de Ana Maria. Además de esto, Carol Vásquez  quien vivió antes en la localidad de Teusaquillo, en Salitre Occidental también fue una de las personas incipientes del proyecto de Pacas digestoras del canal Vichaca o Canal san Francisco, lo que conocemos en Bogotá como las aguas. uno de los ejes hídricos más significativos y que hoy en día está de nuevo en proceso de resignificación y recuperación.

Los procesos de educación ambiental inciden en el fortalecimiento de la ley 1542 del 2012, como del decreto 675 del 2011, los cuales fortalecen la institucionalización como el fomento de la educación ambiental en el territorio nacional desde un enfoque participativo y diverso en la población. Puntualmente, se ha incidido en el diagnostico ambiental anual que proyecta la Secretaria de Ambiente de Bogotá, como en la sensibilización de soluciones basadas en la naturaleza en instituciones educativas distritales como en la población interesada en estos temas.