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Área de Transición
Energética Justa

  • Eficiencia energética
  • Cambio de patrones de uso y consumo energético,
  • Relaciones que integran diversos usos de la energía

Aplicamos permanentemente principios de la permacultura para reducir el consumo de energía: reciclar, reducir el consumo, reutilizar, etc. Nuestras construcciones ecológicas y forma de vida basada en el “buen vivir”, que compartimos en recorridos turísticos y otros espacios, ha inspirado a vecinos y visitantes de la ecoaldea para incorporar algunas de nuestras propuestas en sus proyectos de vida. La combinación de varias de estas soluciones aumenta la eficiencia de cada una y nos acerca al nivel de autosuficiencia que queremos lograr.

Hemos contribuido a crear redes locales con distintos propósitos como defensa del territorio contra la minería, protección del agua, turismo comunitario, grupos de ahorro, red de internet comunitario, restauración ecológica. Anualmente el Vivero El Mogote que es una alianza entre  Mano de Oso Restauración y Cochahuaira realiza el Festival del Bosque Nativo, en el que se comparten experiencias alrededor del tema de la restauración ecológica con un público creciente.

Ecoaldea, reserva natural de la sociedad civil, buen vivir, reiki, medicinas alternativas, yoga, meditación, plantas medicinales, bioconstrucción, diseño bioclimático, bahareque, mano de obra y materiales locales y naturales, energía solar, calentador solar, deshidratador solar, baño seco, estufa eficiente, vivero sostenible, bosque nativo, cosecha de agua, filtro lento de arena, humedal artificial, domo caña, guadua, compostaje, huerta agroecológica, producción de bioinsumos, trabajo en red, turismo comunitario, defensa del territorio, mingas, educación ambiental, inteligencia colectiva, jardín botánico.

Cochahuaira es una pequeña ecoaldea y reserva natural de 2.8 hectáreas, propiedad común de 4 personas. Intenta ser autosostenible. Tiene 7 construcciones. Dos casas cuentan con sistema solar completo para todas las necesidades y tres cuentan con calentadores de agua solares, un hostal para 15 familias, un kiosko para reuniones y eventos, un consultorio para terapias alternativas (reiki, masaje bioenergético, balance polar), un sendero ecológico con vallas, un vivero de especies nativas, una huerta en terrazas y un sistema agroforestal. Contamos con 7 reservorios de agua lluvia que almacenan 40.000 litros, un humedal artificial como sistema de tratamiento de aguas residuales para todas las construcciones que devuelve el agua apta para riego al área de restauración del bosque. Todas las construcciones son en bahareque, usando tierra, cal, guadua y maderas de la zona. Para una parte de las ventanas usamos puertas de neveras de vidrio recicladas. Usamos pacas silva en las huertas para compostar residuos de cocina. Tenemos otras tres reservas naturales en la misma vereda con un área aproximada de 15 hectáreas, con bosques en proceso de restauración. En una de ellas se encuentra el acueducto que alimenta las casas de Cochahuaira que recoge agua lluvia en tres reservorios, la potabiliza en un filtro lento de arena y almacena en tanques con capacidad de 9.000 litros. En nuestra vereda hay en total 9 reservas naturales de la sociedad civil, con las que aunamos esfuerzos para crear corredores ecológicos.

Durante los últimos cinco años organizamos junto con el maestro de obra, también campesino de la región, un equipo de jóvenes campesinos de la vereda de ambos sexos para construir 5 casas de amigos en predios cercanos, usando las tecnologías similares a lo que habíamos desarrollado en Cochahuaira, incluyendo los calentadores de agua solares. El grupo se llamó Inteligencia Colectiva porque buscamos y logramos que todo el grupo discutiera y participara en las decisiones que se iban tomando en la obra, al igual que los propietarios de las viviendas. Fue una experiencia creativa, técnica y humana muy enriquecedora. Aunque ya no estamos juntos, algunos de ellos y ellas todavía continúan trabajando en bioconstrucción y se siguen calificando en este oficio.

Las personas socias de Cochahuaira trabajamos muchos años en el campo del hábitat social con organizaciones populares, ONGs y entidades oficiales, locales, nacionales e internacionales relacionadas con aspectos, sociales, organizativos, técnicos, convencionales y alternativos  relacionados con el tema. Esto nos permitió tener acceso a información y contactos que han sido clave para el desarrollo de nuestro proyecto de vida común. Desde 1991 una de las socias nos propuso un “Proyecto de Vida” para compartir juntos en el futuro, alrededor de la agroecología, la construcción con materiales vegetales y tierra, el ecoturismo y el trabajo con jóvenes y mujeres. Queríamos tener una vida saludable y armoniosa con el entorno social y ambiental en el campo, que fuera un modelo replicable y sostenible. Queríamos trabajar con nuestros vecinos y con ellos construimos las casas. Así creamos lazos de confianza y afecto. Las primeras casas tuvieron energía solar para la iluminación, el calentador de agua y marquesinas que calientan la casa. Recogemos el agua lluvia del techo de todas las casas en reservorios, porque aprendimos con las sequías que es indispensable optimizar el uso y la recolección de agua e hicimos el humedal artificial para tratar las aguas negras de todas las casas. Compramos unos predios en la parte alta de la vereda, donde restauramos el bosque y construimos nuestro acueducto: reservorios para agua lluvia, un filtro de arena y tanques de almacenamiento. Organizamos mingas con un grupo en su mayoría mujeres campesinas para aprender agroecología y producir nuestros alimentos. Inscribimos los predios como reservas de la sociedad civil ante PNNC, para defendernos de Cementos Tequendama que estaba a punto de iniciar un proyecto minero en el municipio. Participamos en la creación de Turistivá, una asociación de turismo comunitario y de naturaleza junto con personas que estábamos buscando desarrollar un proyecto ecoturístico para generar ingresos. Ahora tenemos un hostal hecho en bahareque y con materiales reciclados y un recorrido turístico en el que compartimos los aprendizajes de estos años en la concreción de nuestro sueño de alcanzar el buen vivir.

El valor del agua se reduce al costo del mantenimiento del acueducto. Todavía el acueducto rural que nos daría servicio no ha empezado a funcionar, pero seguramente nuestro consumo y tarifa será la mínima ya que somos muy cuidadosas con el consumo y seguiremos usando nuestro propio acueducto en la medida de lo posible.

En las casas que usamos calentador de agua solar tenemos un menor consumo de energía eléctrica por ese concepto. En dos de las casas redujimos a cero el consumo de energía eléctrica y pagamos solamente la tarifa básica. Con eso no solamente logramos ahorros de dinero sino que reducimos nuestra huella ecológica puesto que la energía eléctrica de Boyacá es termal, muy contaminante. Además usamos estufas de inducción para cocinar, gracias a lo cual tampoco tenemos que comprar cilindros de gas, cuyo costo es muy alto. El bahareque y las cubiertas en domo-caña son aislantes térmicas y acústicas y requieren muchos menos materiales y mano de obra, son livianas y sismorresistentes.
El compostaje de los residuos de cocina y de los lodos del humedal artificial nos ahorra costos de insumos para los árboles y las plantas de la huerta y los jardines.

Somos fundadoras y socias de dos asociaciones de turismo natural y comunitario: Paso Andino y Turistivá, que con apoyo de Travolution organizó en Gachantivá el I Encuentro Latinoamericano de Turismo Comunitario. Ahora el turismo comunitario genera recursos para varias familias locales: servicios de guianza, alimentos, artesanías y Gachantivá crece como destino turístico. Promovemos el ecoturismo que cuida la naturaleza y la cultura campesina. En construcción hemos calificado jóvenes locales en bioconstrucción y construido alrededor de 20 viviendas usando materiales vegetales y locales para reducir el uso de los materiales industriales que contribuyen en un gran porcentaje al calentamiento global. La cal producida localmente requiere temperaturas moderadas comparadas con el cemento al que reemplaza. Otras reservas ademas de Cochahuaira han establecido viveros que generan recursos económicos produciendo alrededor de 60 especies nativas, varias de ellas endémicas y en extinción.

Hemos impulsado muchos proyectos y participación en la Junta de acción comunal y en los comités al igual que en la junta del acueducto interveredal de La Cebada. Contribuimos a conformar la Red de Reservas Naturales de la Sociedad Civil y la Red de Jardines Botánicos. Con otras personas creamos la Corporación Territorio Tivá CORPOTIVA, que inscribimos como articuladora ante Parques Nacionales. Esta ONG esta trabajando activamente por el desarrollo local en lo social, educativo, productivo, cultural y ambiental.

Participamos en la fundación del Movimiento Cívico por el Agua y por la Vida de Gachantivá, para defender el territorio contra la minería. En este grupo hemos adelantado movilizaciones, acciones legales, un cabildo abierto, audiencias públicas, un carnaval por el agua y por la Vida y participación con municipios vecinos y en la red de Pueblos Hermanos, en movilizaciones, veedurías ambientales, múltiples talleres y reuniones de educación ambiental y defensa del territorio. Promovemos la inscripción, capacitación, apoyo y promoción de las reservas naturales, para la defensa del territorio y sobre todo para la restauración del bosque nativo. Mano de Oso de hace en Cochahuaira capacitación en restauración ecológica y viverismo. Somos parte del SIRAP  de Corpoboyacá. Representamos las Reservas Naturales en la Mesa de Ecoturismo del Santuario de Fauna y Flora de Iguaque.

Personas beneficiarias de la experiencia

6 propietarios, 30 familiares y visitantes frecuentes, 7 socios o trabajadores, 12 vecinas o vecinos que venden comida, artesanías, servicios en eventos, 8 voluntarios que han aprendido sobre viveros, 20 voluntarios que han aprendido sobre ecoaldeas, cerca de 1000 participantes en talleres de arte, educación ambiental, restauración ecológica, reservas naturales, permacultura, reiki; alrededor de 300 turistas y 500 participantes en los diferentes eventos.

  • 20 familias
  • Mujeres 75%
  • Hombres 25%
  • Niños y niñas: 100
  • Adolescentes y jóvenes: 200
  1. Hoy contamos con una red amplia y diversa para discutir e implementar acciones por el bien común. Con ellas hemos ido colocando en la agenda publica local los temas de la conservación, la restauración ecológica, la asociatividad, la agricultura y el turismo sostenible, las reservas naturales y las especies nativas, entre otros.
  2. Gracias a la restauración de los bosques en Cochahuaira protegemos la bocatoma del acueducto comunitario San Nicolás que provee a 20 familias, entre ellas dos hoteles. En Cochahuaira mismo se revivió un humedal que había desaparecido antes de que compráramos el predio, que alimenta la quebrada Matecaña, la cual ayuda a sostener el aprovisionamiento de agua para nuestro mayor reservorio y contribuye al rio La Cebada, la principal fuente hídrica del territorio. Esta quebrada beneficia a los vecinos que quedan aguas abajo. En una caracterización rápida de tres reservas de nuestra propiedad en la vereda, que hizo el Instituto Humboldt en diciembre de 2014, se identificaron 38 especies de aves y 200 plantas vasculares. Al día de hoy hemos identificado 70 especies de aves y hemos introducido al menos 100 nuevas especies de plantas. Nuestro plan de manejo tiene identificadas acciones para prevenir el cambio climático que hemos implementado en su totalidad.
  3. Tenemos un intercambio de experiencias y acciones permanente con grupos y personas de regiones cercanas y lejanas y hemos logrado trabajar con autoridades locales y ambientales en proyectos que benefician el territorio. Trabajamos con un gran número de organizaciones e instituciones, entre ellas: PNNC Parques Nacionales, Santuario de Fauna y Flora de Iguaque, Corpoboyacá, la alcaldía y el Consejo Municipal de Gachantivá, el Movimiento Cívico por el Agua y por la Vida, El Movimiento Ambiental del Alto Ricaurte e Iguaque, el Movimiento Ambiental Arcabuqueño, El Colectivo Coatí de Tinjacá, Travolution, Turistivá, Paso Andino, SIRAP, RedJab, Cabildo Verde de Moniquirá, Corporación Podion, Fondo Ita-cho, Servicio al Mundo, Coalición Internacional del Habitat HIC, Colnodo, Almanaque del Futuro y muchos más!

Hace 18 años cuando instalamos energía solar para la iluminación y el calentador de agua en las dos primeras casas, significó un gran esfuerzo porque el costo era muy alto. Con el tiempo las baterías había que reemplazarlas muy seguido y esto resultaba tan costoso como pagar el recibo de la luz y además eran un material muy contaminante. Los calentadores de agua fabricados por un emprendedor se deterioraron al cabo de pocos años, hubo que descartar el de una de las casas, que fue reemplazado por los calentadores solares chinos de tubos. El otro ha sido reparado varias veces. Con respecto a los de tubos, tiene la ventaja de que puede ser fabricado y arreglado con los recursos técnicos de los talleres locales, no genera dependencia tecnológica, pero es más difícil el proceso de encontrar quien lo pueda fabricar bien y probablemente salga más costoso que los chinos. Hace unos pocos años conocimos un experto en energía solar que nos asesoró y pudimos instalar el sistema completo para funcionar las 24 horas todos los aparatos y luces de dos casas, con baterías mas eficientes y durables. Los equipos han mejorado y cuestan menos ahora. Ha sido una experiencia muy gratificante, pero la inversión económica es muy alta para una familia campesina o de clase media. Nosotras pudimos hacerla con esfuerzo y ahorro, pero somos una excepción.  El humedal artificial, el filtro lento de arena, han requerido una inversión pero hemos podido mejorarlos y acceder localmente a los materiales y tecnologías necesarias y requieren bajos costos de mantenimiento.

    Todo este proceso ha sido liderado por nosotras las mujeres. No queremos trabajar solas. Hemos vinculado a los hombres y caminado junto con ellos, pero las mujeres somos las principales gestoras y las más numerosas en los espacios en que actuamos. Varias jóvenes campesinas han trabajado en las obras de construcción, aprendiendo técnicas no contaminantes de construcción e instalando los calentadores solares. Han contribuido a cambiar la idea de que ese es un trabajo de hombres y generan cordialidad en la obra. En las mingas para las huertas, la mayoría éramos mujeres. Leíamos un libro y lo comentábamos. Trabajábamos cada vez en una huerta, discutíamos la planeación y almorzábamos juntas. En los cursos de reiki también la mayoría han sido mujeres, son cursos prácticos para aprender a sanar con las manos.

    El fortalecimiento de la relación entre las mujeres llegadas del medio urbano con las mujeres campesinas ha sido muy enriquecedor para ambas. Para las campesinas ha significado conocer otros patrones de relacionamiento entre hombres y mujeres, mucho más equitativos, que las ha empoderado, mientras que para las mujeres de afuera ha sido un gran aprendizaje sobre el lugar, la naturaleza, las labores agrícolas, las relaciones y la cultura local. Ambos grupos hemos ganado. En las últimas elecciones para la Junta de Acción Comunal, elaboramos una lista conformada solamente por mujeres, que fue disruptiva y despertó mucho entusiasmo entre las mujeres de la vereda pero ganó la de hombres. Corpoboyacá hizo una serie de videos cortos con entrevistas que llamó “Heroínas ambientales”, entre las cuales incluyó cinco mujeres de las reservas naturales, dos de ellas de Cochahuaira. La Revista Bífido, igualmente hizo un video sobre el trabajo de nosotras en Cochahuaira en otra serie de videos que se llama “Mujer, Legado y Territorio”.


    Hicimos que Corpoboyacá declarara el Sistema de Humedales de la vereda de La Hoya y luego logramos que lo delimitara e hiciera el plan de manejo al ganar una acción popular que interpuso el Movimiento Cívico por el Agua y por la Vida de Gachantivá. Con esto hemos frenado la licencia para explotación de Cementos Tequendama en un área equivalente al 25% del área total del municipio. Logramos que el municipio formulara y aprobara el Sistema Municipal de Áreas Protegidas SIMAP, y que luego se opusiera y ganara la demanda que la empresa minera hizo al mismo.

    Enlaces de interés: